Vivimos un momento crucial marcado por una crisis sistémica del capitalismo y una reestructuración de las relaciones entre las potencias mundiales, fenómenos que se aceleraron con la COVID-19, la guerra en Ucrania y la escalada del conflicto palestino. Esta crisis tiene sus raíces en el fin de los "Treinta Años Gloriosos" (mediados de los 70).
El Tablero Geopolítico y el Conflicto Interimperialista
Los expertos coinciden en que la guerra en Ucrania y la masacre palestina son reflejos del conflicto interimperialista que busca un nuevo equilibrio de poder.
- Estados Unidos: Potencia en declive que lucha por mantener su hegemonía global, su centralidad económica (políticas arancelarias) y su rol como árbitro internacional, a pesar de poseer el aparato militar más extenso.
- China: Potencia en ascenso que construye pacientemente una red de relaciones para ocupar una posición hegemónica, presentándose como el futuro centro del mundo.
- Rusia: Busca evitar un papel secundario, utilizando su arsenal nuclear como elemento disuasorio, chantaje y negociación tras la invasión de Ucrania.
- Otros Actores: India y Turquía alzan la voz, reivindicando su propio peso en el nuevo orden.
- Unión Europea: Oscila entre el vasallaje estadounidense y la búsqueda de una autonomía confusa, manifestada principalmente en una carrera armamentística.
La Receta de la UE y el Capitalismo
Mario Draghi, en su Informe sobre la Competitividad Europea, aboga por que la UE compense su brecha con EE. UU. y China a través de:
- Innovación e inteligencia artificial.
- Transición ecológica.
- Aumento de la seguridad y defensa estratégicas.
Recientemente, Draghi propuso un federalismo pragmático dentro de la UE, implementado por una "coalición de personas dispuestas" para actuar rápidamente en defensa, energía y tecnología, incluso marginando los lentos procesos democráticos.
En esencia, la crisis implica una reestructuración de las relaciones imperialistas que se suma a un capitalismo que busca nuevas vías de explotación (como las transiciones ecológica y digital) para mantener el proceso de acumulación.
La Lucha de Clases y la Alternativa Radical
En la narrativa dominante, las clases subalternas son vistas como materia inerte para fines productivistas o carne de cañón para el conflicto armado. La geopolítica, presentada por académicos, funciona como una camisa de fuerza que impide la imaginación y la lucha social. El autor se pregunta si estamos condenados a la lógica competitiva, capitalista e imperialista.
El historiador ambiental Jason W. Moore ofrece una alternativa radical en su ensayo "Imperialismo, con y sin Naturaleza Barata...". Su tesis es que la crisis climática y la evolución del capitalismo impiden las formas de explotación pasadas, llevando a una Gran Implosión. Esta situación ofrece a las clases campesinas y proletarias la oportunidad de retomar el control, ya que las clases dominantes son incapaces de gestionar la crisis. Moore subraya que el resultado será decidido por la lucha de clases a escala global.
Si no se quiere caer en el vórtice fatal de la Gran Implosión, "es hora de la revolución".
Fuente: Ángel Barberi (Sicilia Libertaria)



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