Qué ridículo es un gobierno de coalición que se dedica a negociar, con la extrema derecha, acuerdos como la bajada de pensiones o la defensa de reyes corruptos.
El gobierno “más progresista de la historia” ha decidido cambiar ese concepto, y bien se podía denominar el gobierno “más tramposo de la historia” y que juega con el pan de los más desfavorecidos.