El mercado del alquiler se ha visto afectado por esta escasez de oferta y atraviesa de hecho uno de sus momentos más complicados. Las dos partes fundamentales que lo conforman se encuentran cada vez más distanciadas. "Los inquilinos representan el 80% de la participación, mientras los propietarios tan solo el 16%. Esta situación se traduce en un considerable desequilibrio entre demanda y oferta", apunta Matos, que destaca que "nunca el alquiler había atravesado una crisis de oferta tan severa".